Una gran tormenta ha ocurrido en mi vida en los últimos tiempos a tal punto que perdí el control sobre mis emociones y sobre mí mismo, el abismo se acerco a mí a tal punto que caí en el, ya vi el fondo, cual hoja los vientos de lo que siento y del mundo jugaron con migo hasta el punto de empezar a perderse quien en realidad soy.
Ansioso de cariño, ansioso de amor, ansioso de comprensión, ansioso de vivir, ansioso de aprobación me perdí entre todo y perdí mi horizonte, perdí a la persona que soy.
Mis propias pasiones me consumieron y tratando de obtener lo que no tengo renuncie a quien soy, me convertí en una triste sombra que solo puede lamentarse de todo, un ser tan infeliz que no puede ver la felicidad porque la sombra del dolor de la pena, una vez más caí en el mismo abismo que me consumió hace años, y estuve a punto de renunciar de nuevo, pero esta vez ya no será así.
Yo tomo el control de mi vida desde este punto yo soy el que manda en mi vida, ni mis miedos ni lo que siento, ni mis miedos, esta vez yo ganaré sin importar el costo.
En las alturas generadas por mi mismo estoy, flotando me encuentro, lleno de brumas que opacan mi visión, el infierno que busco esta abajo debo llegar a él.
Un amigo me dijo “piensa primero en ti, segundo en ti, tercero en ti, cuarto en ti, y quinto en el resto” y eso es lo hago, si lo hago no lo “hare”, porque esta vez es lo que estoy haciendo y no anhelando hacer las cosas.
He tomado el control de lo que hago y así será de aquí en adelante, mi codiciado infierno me espera y debo llegar a él.
A todos los que estimo y quiero les pido que entiendan que esto lo hago por mí.
Ahora solo yo estoy al mando
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