Las voces de la gente en el café me perturban,
el tono lleno de alegría de sus voces me perturba,
sus risas espontaneas me confunden,
la música de los diferentes locales cercanos ofusca el aire,
la mezcla de ritmos lo único que generan en mi es hastío,
la mezcla de voces solo genera en mi desconcierto,
el golpetear de la lluvia solo empeora el panorama,
mi mente desea silencio mis oídos no su pueden apagar,
poco a poco me relajo y el sonido se vuelve monótono y lejano,
las voces ya no suenan humanas,
la música no es mas fuerte que el murmullo del viento,
del caos sonoro del café solo queda el murmullo,
mis oidos no se han apagado,
es solo mi mente que logra omitirlos,
las voces solo me sirven si son conocidas,
la música solo me sirve si la deseo oír,
es por eso que mi mente prefiere el silencio,
un silencio tan profundo como la soledad que conlleva.
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