Tristes mis pasos deambulan por esta ciudad,
recojo con ellos mis recuerdos suyos,
me detengo lleno de asid edad frente a ese parque,
aun puedo sentir el aroma de sus cabellos,
su silueta se diluye en los rojos del atardecer,
el brillo de su sonrisa se confunde con el aire,
el color de sus ojos me carcome el alma,
me desplomo sobres esa banca y miro al cielo,
me maldigo por amarla aun por no poder olvidarla,
el calor de sus manos está todavía en mis manos,
el sabor de sus besos aun ronda los rincones de mi mente,
mientras las luces de la ciudad empiezan a destellar,
continúo mi camino hacia la locura,
sigo mis dementes pasos hacia mi propio infierno,
mientras recuerdo cada detalle de aquella que no me ama,
mientras sueño con todo aquello que jamás sucederá.
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